El proyecto desarrolla en una misma parcela dos edificios de uso distinto: la comisaría y la concejalía de Urbanismo del municipio de Bétera. Se diseñan dos volumenes independientes pero estéticamente similares.
Las premisas para la comisaria exigen velar por la seguridad, el control visual desde el interior y la robustez arquitectónica. El programa de necesidades es extenso, llegando a incorporar un área de tiro en el sótano.
La concejalía de urbanismo se plantea como un edificio diáfano y accesible, que a nivel de alzados sigue el desarrollo compositivo y constructivo de la comisaria.
El ajardinamiento exterior se desarrolla en bandas paralelas a los edificios, marcando los accesos principales.